Publicado el 19 de enero del 2024

Círculo de secretarias UBB trabajó en la violencia simbólica de género mediante taller DIRGEGEN

Las integrantes del Círculo de Secretarías de los tres campus de la Universidad del Bío- Bío, se reunieron en Concepción y Chillán, para ser parte del taller  “Violencia simbólica de género en nuestro cuerpo: ¿Cómo nos afecta?”, 

En esta ocasión, el objetivo fue reflexionar sobre las formas en que la violencia simbólica de género impacta en el autoestima de las mujeres y cómo afecta la relación con su cuerpo, esto situado desde lo cotidiano laboral de nuestras colegas que están asociadas al círculo de secretarias. 

Al respecto, la profesional DIRGEGEN, psicóloga Marina Martínez Palmiero, se refirió a cómo está presente este tema en la comunidad e indicó que “recogimos información de nuestro diagnóstico institucional y nos dimos cuenta que la violencia simbólica, ya sea en forma de comentarios o chistes, era uno de los puntos críticos detectados por nuestra comunidad. Por ello, trabajamos en conjunto con los círculos de secretarías de ambas ciudades y ellas nos expresaron que les interesaba esta temática”. 

Esta actividad se llevó a cabo a través de actividades lúdicas, la guía y exposición de la tallerista María Camila Quinteros, profesora de artes visuales, bailarina y gestora de eventos de danza, diplomada en cuerpo, arte y educación.

María Camila Quinteros, explicó que “el taller violencia de género simbólica para las secretarías de la UBB tuvo como principal característica generar un espacio íntimo, de colectividad y compañerismo, amable para poder generar este ambiente donde pudieran relatar sus experiencia vividas en su ámbito laboral”.

En este sentido, la actividad inició con la definió lo que es la violencia simbólica y cómo se diferencia de otro tipos de violencias, como la física, psicológica, económica, obstétrica, entre otras. Seguido de la observación de obras de arte, con las que se llegó a la conclusión de que la violencia de género ha sido retratada a lo largo de la historia.

Ahora bien, la parte práctica estuvo enfocada en ejercicios de movilidad articular, como saltos, respiraciones y agitación del cuerpo. Para continuar con la escritura de un relato sensible de alguna experiencia donde fuese agredida simbólicamente e identificando en qué parte del cuerpo quedó esta, para finalizar con un espacio de diálogo, relato de experiencias y apoyo entre las asistentes.

De esta manera, la tallerista Quinteros hizo énfasis en que “considero que colectivizarnos y reflexionar ante estos conceptos nos ayuda a darnos cuenta que en primer lugar no estamos solas, no es algo vergonzoso, es necesario aceptar que fuimos víctimas de situaciones de violencia, sin embargo dado un tiempo también es importante dejar de ser esta víctima y posicionarnos y ser una sobreviviente”.

Y agregó que “tiene una influencia positiva sobre nuestra  percepción, porque desmitificamos muchas ideas cuando empezamos a ver que otra persona también lo ha vivido, cuando nos damos cuenta que tenemos herramientas para no violentar y aprender a ser personas amables, y también al ser un espacio de escucha para otra persona”, afirmó María Quinteros. 

Para finalizar, Marina Martínez hizo énfasis en “las participantes fueron muy activas compartiendo sus reflexiones y también sus experiencias. En este sentido se dio un ambiente de confianza que permitió compartir estos elementos y tener esa vivencia que era justamente el objetivo del taller”.  Y afirmó que hay proyecciones de seguir realizando estas actividades fundamentales para la institución y que demuestran compromiso con la perspectiva de género.